... y después de tan desesperante correo vino una extraña sensación. Martes, 12-junio-07;02:31pm.
Hoy rompí con una semana de total asueto de ambas partes y como habrás podido leer anteriormente fue con un correo entre declarativo, declarante, suplicante y con la infaltable gota de masoquismo que últimamente me caracteriza, bueno, no últimamente, esa siempre ha estado en mí, sólo que ahora ha decidido evidenciarme (jeje). Pues bien, resulta que le pensé mucho (una semana más o menos) para enviarlo, porque temía que con el famoso correo se fuera mi última gotita de dignidad y por ahí se llevara de paso mi última esperanza de recuperación. Pero qué creen, no fue así, es más, tuvo un efecto narcótico-tranquilizante que espero que me dure al menos un par de días, o mejor hasta que termine la semana, o no, mejor que no se acabe y viva en un estado de tranquilidad latentemente permanente, o al menos hasta la próxima claro está jejejeje.
¿Que por qué estoy tranquila y hasta feliz? pues lo más razonable y lógico que se me puede ocurrir en este momento es que he llegado al punto de la locura, donde ya nada tiene explicación y tampoco importa que la tenga porque con que una se sienta bien es más que suficiente. Y eso que no me contestaron, y eso que ni me van a contestar, y eso que le levanté el animo y el ego de a gratis, y eso que hasta una carcajada soltó.... aún así me siento liberada, por mi parte quedo tranquila, dije todo lo que tenía que decir cuando tenía que decirlo y hasta dije de más que ya ni se qué tanto dije. El caso es que no quedó en mí, porque conozco bien ese remordimiento que queda cuando una se queda con ganas de hacer algo y no lo hace. Por eso me quedo con un buen sabor de boca, porque hice todo lo que quise y lo hice bien, termino bien, no me queda remordimiento alguno ni me quedo con ganas de hacer algo que no hice... y es que hice casi de todo.
Ahora que ya soy libre creo que la vida tiene mucho para mi, porque se que en algún lugar está la persona que complete mi total libertad, se que todo va a estar bien, al menos para mí, porque es para mí donde únicamente puedo decidir. Y creo que he decidido bien. He dicho.
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