lunes, 9 de julio de 2007

Desilusión, dulce desilusión


Hola. No pensaba escribirte nunca más, esa frase pensé que por fin aplicaría, pero sin duda este es el final y no hay vuelta atrás, si te escribo es porque hoy se cierra un capítulo de mi vida, y no pretendo tu respuesta, sé que no la hay, solo escribo para estar bien conmigo misma. Creo que no salimos bien librados de todo esto, al menos lo digo por mí, pero te lo dije desde un principio, lo que mal empieza mal acaba, y aunque intenté más de una vez que esto no acabara mal, no lo conseguí, quedamos mal, creo que ambos nos llevamos impresiones negativas de nosotros, al menos yo, no fuiste la persona que creí que eras, aunque me aferré a la idea de creer en ti, de confiar, al final del camino vi que eso nunca fue posible, actuaste mal, te portaste mal conmigo, fui solo un juego para ti, como bien lo dijiste, solo intentabas saciar tu curiosidad de mí, espero que la hayas saciado, en verdad, me quedo con la imagen del mentiroso, del infiel, incluso he llegado a pensar que solo estuviste conmigo para obtener diversión, placer y talvez algo de confianza y autoestima por pensar en que eras un súper hombre que podía tener dos mujeres, no lo sé, pero ya qué más da; también tengo presente que de esto no solo quedó dañada tu imagen sino también la mía, sé que actué mal, sé que no pensé en las consecuencias, no fui honesta, me presté al juego a pesar de que siempre supe que estábamos jugando con fuego, sé que no se debe tratar de alcanzar un objetivo (en mi caso, tú) sin mirar a los demás y pisoteando al mundo entero solo por alcanzarlo, eso a la larga se me regresará y con creces y te confieso que algo de todo esto fue impulsado por un sentimiento de capricho, de querer retenerte y de lograr el objetivo a como diera lugar, también fui mentirosa, porque eso de no decir las cosas y ocultarlas se cataloga como mentira, me importó poco todos los valores que me enseñaron en casa y después de esto solo me queda alzar la frente y asumir las consecuencias de mis actos, sean las que sean. Sé que también hubo cosas buenas, sino qué caso hubiera tenido todo este embrollo, solo que las cosas negativas siempre brillan con mucha mayor intensidad de la que todo lo bueno pudiera reunir. Pero a pesar de todo tengo palabra, y te repito, para tu tranquilidad, lo que tantas veces te dije, voy a respetar tu elección, muchas veces te dije que intentaras ser feliz con quien lo quisieras, y si ya decidiste, por mi parte no me queda más que decir adiós, las cosas a la fuerza no resultan ni resultarán nunca. Por eso es que me preocupa tanto aclarar nuestros asuntos financieros lo antes posible, así ya no tendremos que ver el uno con el otro más que en los recuerdos, además debo confesarte cierta desconfianza de mi parte para la forma en como resuelves tus finanzas, y como ahora paso a ser materia únicamente de ese tema, pues no tendrías por qué actuar diferente conmigo que con tus demás acreedores y conozco de sobra cómo les va, así que no me culpes por tener desconfianza y tratar de asegurar esa parte de mi patrimonio. Lo que más lamento de todo esto es el cómo acabó, nunca pensé que durara, no teníamos cimientos, pero también nunca creí que acabara así, de esta manera tan tosca y agresiva de tu parte, creí, una vez más, que al menos tendrías el valor de decirme las cosas y decirme adiós, pero de nuevo me equivoqué así que tengo que suponer todo, que es lo obvio, me dejas sacar mis propias conclusiones y pues no creo haber merecido tal trato, como si fuera yo la mala de la historia (y es que ambos lo somos), como si fuera la bruja que pretendiera alejarte del buen camino y cualquier palabra mía hacia ti pudiera destruir tu hermoso futuro, no soy un ogro, ¿no lograste conocerme aunque sea un poco? eso también lo lamento, lamento que nunca pudieras tomar libremente la confianza que deposité en ti, confianza que incluso hubiera soportado este tipo de confesiones de tu parte, la de decirme adiós claro está. Pero en fin, lo hecho, hecho está, y cada quien toma su rumbo, el que mejor le pinta, por mi parte trataré de no guardarte rencor, aquí acaba todo, y salvo por las ocasiones en que tendremos que arreglar los asuntos financieros, no queda nada más que decir del tema, una ultima petición sería, como ya lo he hecho antes, que nuestras palabras queden entre nosotros, sé que gustas de compartir correos, como aquel que me reenviaste una vez acerca de una princesa, lo recuerdas? pero si algo caracterizó a la nada que tuvimos, fue eso, que fue de nosotros y solo para nosotros y su final prefiero que siga siendo igual, una historia enterrada en dos memorias, la tuya y la mía. No te deseo ni buena ni mala suerte, porque esas no existen, las creamos nosotros mismos, sé que me olvidarás pronto y espero hacer lo mismo pero si alguna vez quieres recordar no voy a borrar nada de lo que escribí en mi blog, incluida esta nota final, cuídate y adiós.

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