lunes, 27 de octubre de 2008
Lo bueno: tuve una sobredosis de chocolate el fin de semana
Lo malo: perdí mi cámara
Lo bueno: arreglé mi cuarto buscando encontrar lo perdido
Lo malo: perdí mi cámara
Lo bueno: la angustia me sienta bien y me hace bajar de peso
Lo malo: perdí mi cámara
Lo bueno: mi hermana vino el fin de semana y me pidió prestada la cámara
Lo malo: me di cuenta que perdí mi cámara
Lo bueno: le he dado un uso bueno-malo a mi cámara
Lo malo: perdí mi cámara
Lo bueno: tomé unas fotos en un evento especial cumpleañero
Lo malo: perdí la cámara y no borré las fotos.
Lo bueno: no tengo sueño, conozco lo que es el insomnio
Lo malo: no puedo dormir ni trabajar porque perdí mi cámara
Lo bueno: pasé muchos buenos momentos con mi cámara
Lo malo: perdí mi cámara con el último de esos momentos aun en ella
Lo bueno: arreglé mi escritorio y mis cajones en el trabajo
Lo malo: perdí mi cámara.
Lo bueno: ……??
Lo malo: perdí mi cámara.
Desde que era pequeña me he visto presa del juego pierde-gana, yo pierdo algo y alguien más lo gana, nunca gano nada, siempre pierdo, mis enemigos mortales son los volados y los sorteos, incluso ni siquiera puedo atinarle a las bolsas de papas con tazos, estampitas o chunches, por lo regular la mía no trae nada.
Así que desde chica aprendí a vivir con ello, no en una actitud mediocre sino una aceptación a un hecho consumado y muchas, muchas veces comprobado. Para qué sufrir si ya sabía que me iba a pasar a mí. Así no sufrí cuando perdí muñecas, juguetes, sorteos, volados, miles de suéteres, mascotas, pelotas, dinero, preferencias, amistades, etc.
Ya en estos tiempos perdí cosas mas sustanciales monetariamente hablando, dinero, aparatos de música, celulares, joyería, relojes, ropa ,el paso, memorias portátiles, libros de esos carísimos empastados en falsa piel, zapatos, la dignidad, bolsas, la cartera, maquillajes, unas bocinas, miles de calculadoras, papeles importantes (últimamente perdí mi acta de nacimiento, no la encuentro en ningún lado), datos a los que no tengo alcance (se perdió mágicamente una calificación del tercer semestre de derecho y estaremos hablando de que la cursé mas o menos en el 2005) entre otros. Los que me conocen medianamente pensaran que soy pobre bien pobre ya que no traigo colgando de mí ningún metal, solo uso aretes que no necesite quitar y me abstengo de comprar cosas caras ya que es una inversión para tres segundos de mi vida puesto que perderé el objeto en cuestión de días o quizás horas.
Bajo estos antecedentes es lógico anteponerse al hecho de que tarde o temprano iba a perder la cámara. Ah mi cámara, me la regaló mi papá por mi cumpleaños número 25 que tiene unos 6 meses, en abril, me supero a mi misma. Era una linda cámara de 8 mega píxeles, en color rojo, liviana, marca Nikkon, memoria de 2 GB, grababa video, tomaba fotos panorámicas y me hacia el desayuno.
Tuvimos buenos momento juntas, en fiestas, cumpleaños, celebraciones y demases, también me acompañó en los ratos de simple diversión, anduvo conmigo en las noches solitarias cuando trataba de matar la rutina cazando faroles desprevenidos, fue testigo fiel de mis aventuras y desvaríos por aquel que aun es dueño de mis sueños húmedos y que al igual que yo cayó sucumbido bajo el encanto de aquella prodigiosa lente. Ella y yo vimos amaneceres, anocheceres, el mar, las montañas, pequeños insectos y grandes edificios, estuvimos solas bajo las estrellas y juntas en algún disturbio, la use secretamente y también abiertamente y debo añadir que nadie conoce tan bien mi rostro como ella, solo es superada por el espejo de mi cuarto.
La última vez que la usé fue para fines poco morales si es que hablamos de lo bueno y lo malo en la sociedad. Una señorita de bien como lo soy yo no está ni remotamente cerca de andar imaginando ese tipo de actividades. Pero como toda señorita de bien, también soy víctima de las cursilerías sociales tales como sentimentalismos, aprehensiones nocivas, apego a instantes congelados y esas cosas. La última vez fue una buena sesión de fotos y video, a los pocos días volví a ver la producción y debí borrarla en ese instante pero no lo hice porque me ganó el sentimentalismo antes descrito. Con tal contenido en la camarita no la podía dejar descuidada, sola y abandonada a su buena suerte así que decidí traerla conmigo al igual que se cargan las carteras, los condones o el labial, así igualito, ella y yo íbamos juntas a todas partes. Un día sentí mas ligera mi bolsa y me sentí feliz de que la carga aminorara, recuerdo que saqué algunas cosas que no utilizaba, empecé a dejar los lentes en la oficina, saqué un desodorante viejo, el aromatizante del carro, un rastrillo, basura, unas pinzas para el cabello, los montones de lapiceros robados de la oficina, un envase vacío de pasta de dientes, un peine de más y quiero suponer que también saqué la camarita. Los últimos recuerdos que tengo de ella es estorbándome en el fondo de la bolsa.
Este fin de semana me di cuenta que la había perdido, enloquecí. No he podido más que pensar en ella y en donde estará y en por qué tengo que ser tan descuidada perdiendo todo. He tenido sueños aun estando despierta donde la cámara es encontrada por mi madre o mi hermano y miran su contenido y luego me ven con reproche y tristeza por haberles fallado moralmente, imagino que alguien que suele robar cosas en mi casa la tomó y se deleite ahora cada vez que me ve, en silencio porque no puede admitir en casa que fue el quien la tomó, imagino que la perdí en la calle y de repente la gente me empieza a voltear reconociéndome del ultimo video porno casero subido a
Si la cámara se hubiera perdido sin aquella producción este post hubiera durado lo de dos líneas, lo superaría, no es la primera cosa material que pierdo, como les digo, estoy acostumbrada a la perdida, lo que temo ahora son las consecuencias de mis descuidos, me pesa el imaginar el destino del contenido de la cámara, pero lo que mas me pesa es la posibilidad de que mi madre se entere de lo que hace su hija, con ella es con quien realmente tengo un deber moral, es la única con quien debo quedar bien y a quien no tengo que defraudar, lo que piense ella de mi me pesa más que los pensamientos del mundo entero y la imagen que le he vendido se puede venir abajo. No creo que le sea grato descubrir que su hija no tiene ningún problema para actuar como puta, que su hija no sea quien ella piensa, de moral fuerte y conservadora, de principios, la hija a la cual no hay necesidad de hacerle exámenes de embarazo periódicamente, la que no da de que hablar con los vecinos, la que llegará virgen al matrimonio, la centrada, la hija buena, la que no le da problemas, que se da a respetar, la que no permite las mentiras ni los segundos lugares, la decente e inquebrantable. Me da miedo que descubra la hija que no tiene, no me preocupa el no encontrar la cámara, me preocupa que ella la encuentre.
Este fin de semana fue duro, no tuve tiempo ni cabeza para lamentarme que él no se acordara de mi desde el miércoles, no tuve tiempo para meditar las palabras que le dije, ni pude pensar en la disculpa que había estado esperando con tiempo y que me dejó un grato sabor, ni en los besos furtivos ni en el daño que todo el chocolate que comí compulsivamente de una sentada pueda hacerme. Seguiré buscando, total que hay quien dice que la esperanza es lo último que debe morir.
Etiquetitas: accidentes, días tristes, pandita, qué mala fotógrafa soy, quejas, Solo me pasa a mí
4 comentarios bien escritos:
no coments ! ! !
No esperaba mas de ti. No te preocupes, realmente no estas involucrado, el problema es mio y nada mas.
Ante esta pérdida tuya veo dos opciones:
1o. pídele a San Judas Tadeo que busque la cámara por tí, que la ponga donde la puedas escontrar¡él es el abogado de las causas difíciles!
2o. es bueno perder las cosas; así no tienes anclajes a lo material.
Saludos
Victoria: creo que le voy a pedir mucho a San Judas Tadeo entonces, puede que hasta me acuerde de pedirle lo de la camara ehh... saluditos!
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