Luis siempre fue del tipo ejecutivo, derechito, bien portado, serio, con la camisa cuidadosamente dentro del pantalón planchadito con raya en medio. Desde que iba a la prepa lo conocí, solo dos años mayor. Coincidimos en la universidad, misma carrera. Luego coincidimos de nuevo en la universidad, misma otra carrera. Luis es el jefe de uno de mis clientes (contables, no piensen mal).

A pesar de compartir tanto espacio estudioso no nos llevamos, yo lo ubico más por chisme que por otra cosa, digo, yo medio despeinada, medio despistada, sin hacer vida politica, partidaria del "dejar hacer, dejar pasar" y fachosa y peleada con el glamour segun la opinio de algunos. El siempre impecable, recto, serio, inmiscuido en la escuela y el trabajo, de familia adinerada de esas de buenas costumbres, siempre jefe o director de todo, jefe de grupo, jefe de mesa directiva, jefe en el trabajo, ademas inmiscuido desde temprana edad en la política: Priísta.

Pero cuando realizaba mis Practicas Profesionales resultó que su novia era mi jefa, su novia de siempre, desde la prepa. Y las mujeres saben de estas cosas, conocemos al querido mas que ellos mismos, puede que nunca lo veamos pero lo conocemos igual que se conoce al protagonista de la novela de las 8, todos los santos y todas las señas.

Tambien conocí a Pao, la novia, y ella y sus descripciones concordaban con la imagen mental que me habia creado de Luis. Ella alta, bonita, siempre peinada, con la ropa planchadita, de marca, oliendo a perfume, oprimida por su novio dominante y hablando fresisimamente. En pocas palabras combinaban. Por azares del destino y afortunadamente para ella, terminaron.

En estos dias recibí una llamada de mi cliente y despues de oir mis escusas del por qué todavia no le hago su cálculo me dijo -no te preocupes mija, no te hablé para eso, es que mi jefe necesita una contadora. Entonces mi mente se detuvo a pensar, ¿y entonces qué es él?

Resulta que necesitaba un contador para su novia, que no era Pao claro, ya era otra. Me dió santo y seña y me lancé a ver a su prenda amada. Me preparé psicologicamente para el evento, saqué del baul mi voz semi fresa profesional que sirve pa enganchar clientes y que creas que soy buenisima en lo que hago (eso significa cara, jeje) me peiné para aquello de la presentacion profesional, revisé el maquillaje y traté de cuidar mi imagen para la "Pao" nueva que estaba esperando por mis servicios contables. Aparte el giro del negocio apuntaba, apuntaba: Un spa. Me imaginé un spa de esos blancos perpetuos, con luz blanca y dependientas hiperpeinadas y con batitas rosas, lleno de clientas copetonas de esas que van a tomar chocoterapia tres veces a la semana.

Llegué, el rumbo me indicó señales extrañas pero no hice caso,e ncontré el spa cerrado, di las acostumbradas vueltas antes de poder estacionarme, quedé media cuadra y caminé aferrando mi bolsa y preguntándome en qué momento me pareció buena idea dejar de cargar un cutter entre mis cosas. Bien raza el barrio.

Llegando al spa me abrió un muchacho, me indicó que pasara y a lo lejos estaba la novia. Mis ojos se abrieron asombrados. Una muchacho llenita, güera, despeinada, con pantalones de manta y playera bordada por zapatistas, supongo, sin maquillaje y sin zapatos. Me invitó a pasar, me enseñó el spa, y me pregunté el significado de semejante cambio. No los imagino juntos.

El spa es bastante agradable, todo con duela, me encanta, con temazcal y clases de yoga con instructores de procedencia indú. Ademas la chava tiene 3 gatos y 4 perros que adoptó de la calle. Bien natural su onda, con sucursal en Jalcomulco y sus deportes extremos incluidos. Obtuve clases gratis de yoga e invitación a desenso de rio. Sorpresas que da la vida.

. MaRISoL .