¿Sabes algo?
Dejaste ir al pecado, dejaste ir lo oculto, lo prohibido, el rincón oscuro de tu vida, tu mentira, tu pasión oculta, tus deseos rezagados, dejaste ir la lujuria, la aventura, la magia de lo desconocido, tus aires de grandeza, el aplomo en la mañana, tus delirios de juventud.
En cambio elegiste la penitencia, sí, aunque no lo digas, tus actos me indican cierto descontento, cierto vacio, el que quedó donde se hallaba el pecado que envolvia tu ser, te has quedado con lo simple, con lo vano, lo superficial, te quedas con lo seguro, y la penitencia te hace huir, te aleja de tu camino, te exige lo inexigible, te mide, sigue pidiendo más de ti y no lo das porque ya no eres tú, huiste de ti, de tu vida, de tu escencia, esa es la penitencia y tú la elegiste.
Hay un vacio en tí, el vacio de la penitencia te arrastra, no sabes qué es lo que te falta, no lo sabrás porque no crees que la respuesta sea posible, te falta el pecado, ese pecado que encontró nombre y volviste pecadora solo para alejarla de ti. Ese, mi pandita, es el vacío que provocas en ti y en mí.
2 comentarios bien escritos:
que buen post, él, también eligió su penitencia...
Jen: sí, la eligio, qué se le va a hacer... saludos.
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