martes, 31 de julio de 2007
Pues bien, después de la sesión matutina de masoquismo, la visita no deseada al baúl de los recuerdos y andar tristeando el resto de la mañana he llegada a nada, a lo mismo, a lo de siempre, a ese dolor eterno y reanudante:
Confesionario
Te extraño y no te extrano.
Me dueles y no me dueles.
Extraño tu aroma en las mañanas,
el sabor de tu café,
la plática irrisoria,
extraño verte en el reflejo del monitor,
tus ruidos raros que parecían risas,
tu plática, cómo extraño tu plática,
esa donde me contabas tu vida,
donde adivinaba lo atormentado que eres,
donde leía todos tus defectos,
donde te criticaba;
extraño tus manos,
tu lunar en el brazo,
la forma de tu cuello,
tus camisas arrugadas,
te extraño a ti.
No extraño los últimos días,
no extraño el no sentirte cerca,
el no sentirte mío,
el oirte suspirar por álguien más,
tu mirada ausente
no extraño adivinarte el pensamiento
tu indescisión
tu juego.
Me duelen ciertas canciones,
los post it verdes y naranjas,
tu nombre,
tu silencio,
tu no-despedida,
cómo duele el que no te hayas despedido,
me duele tu ausencia,
el saber que no me extrañas,
que no me necesitas,
que fui nada,
me duele el café por las mañanas,
las clases de inglés,
pensar en ti,
no saber de ti.
No me dueles tú,
me duelo yo despues de ti.
Etiquetitas: días tristes, Mi lado poetico, pandita
3 comentarios bien escritos:
a veces siento igualito
ufff... me lei en este poema, que cosa universal y a la vez tan particular es el amor.
kar: tienes much razon... saludos, sigue por aqui, bienvenido
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