viernes, 16 de noviembre de 2007

Anti-éxtasis


Minuta detallada de los hechos:
*Es tarde, subo al coche rumbo al trabajo, como no soy la que maneja me siento feliz y aprovecho para terminar, o mas bien a empezar a maquillarme.
*Hay mucho tráfico, no me importa, mientras menos se mueva el carro mejor me maquillo.
* Llegamos a la glorieta, la salida de la ciudad, miro al agente de tránsito que juega a hacer su trabajo, miro los coche, los coches...
* Ya estamos en la autopista y yo sigo mirando los coches pasar y recuerdo esa manía mía que me ha dado por andar de observadora con los coches y sus conductores...
* A mi mente viene aquella imagen, esa que me gané por anda de mirona y la que me hizo retomar la pluma... o más bien el teclado... y en eso iba yo cuando pensaba que debía de dejar de ver los coches con doble intención, él no aparecería más.
* Llegamos a la desviación, salimos de la autopista y empieza la carretera que conduce al pueblo, sigo viendo coches mientras trato de aplicar autoconvencimiento para no hacerlo.
*En eso iba cuando pasé por el lugar de los hechos, estaba desierto, ni coches estacionados había, entonces me convencí de que aquello no pasaría de nuevo.
* Pasamos la zona de curvas y al entrar en la recta lo vi., desde lejos, venia en su viejo auto rojo. Esta vez no hubo éxtasis.

Moraleja: debo dejar de ver los coches del carril contrario.
Moraleja dos: el destino está en contra mía y me quiere ver enloquecer.
Moraleja 3: no sirvo de psíquica, eso me queda claro.

Ayer vino dos veces, en la mañana a la hora de la entrada que por infortunio lo vi y en la tarde, a la hora de la salida, a las 6, pero gracias a dios estaba oscurito y no lo vi, en verdad me hace mal tan solo oír que lo nombren, verlo ni decirlo, hace que recuerde todo lo vivido como si fuera ayer, pero para mi sorpresa no siento ningún tipo de odio, lo que siento es vació, vértigo por saber que no hay nada que pueda hacer para que él regrese a mi vida, tristeza, de esa profunda y permanente, por saberlo fuera y por darme cuenta de que no me hecha de menos, de que para él todo está mejor sin mí. Mientras, trato de no entregarme a conjeturas, a ubicarme en la realidad, a mirar hacia delante y tratar de salir de este lugar lo más antes posible, donde esté lejos de todo aquello que me recuerde a él y que sigue tan lleno de su presencia.
Quiero olvidarte, en verdad, para dejar de consumirme en recuerdos, solo que esa es una meta que la miro tan lejana, como un oasis en el desierto cuya imagen es producto de la desesperación. Viendo el lado positivo a las cosas me alegra (solo en cierta forma y no siempre) que tu te hayas alejado de mi ya que yo, por voluntad, nunca podría haberlo logrado, antes me hubiera vuelto una marioneta, un títere sin voluntad ni dominio de sí mismo que solo obedeciera y aceptara cualquier condición por ti expuesta, eso me asusta, en verdad me asusta, y es cuando doy gracias de que las condiciones no me permitieran llegar hasta tal grado. También me alegra (de igual manera, no siempre) que no me busques más, porque si lo hicieras, lo más probable es que no tendrías que esforzarte demasiado para que volviera a estar contigo, claro que eso pasaría, si tengo que reprimir mis ganas de buscarte, de escribirte, de mirar tus ojos, pero también sé qué pasaría si volviera contigo, la gente no cambia y como dice Sabina "y sin embargo un rato cada día te engañaría con cualquier, te cambiaria por cualquiera"
Últimamente no se definir bien qué es lo que añoro, a ti por ti mismo o a lo que representaste para mi, no sé si te lloro a ti o a la imagen que me hice con tu esencia... tanto lo uno como lo otro espero que acabe pronto, sigo esperando mi aguacero en venganza...

2 comentarios bien escritos:

Anónimo dijo...

...no dejes de escribir.

Tu Gitana dijo...

anonimo: no, claro que no. thanks, tu tampoco